4 de marzo de 2016
Proyecto "La Edad Media y los castillos"
Excursión a Ampudia. Alumnos de 5 años
Como colofón al proyecto trabajado en las clases de 5 años (Edad Media y castillos), visitamos uno de los majestuosos castillos que tenemos muy cerca de nuestra ciudad.
Los alumnos de cinco años hemos ido de excursión a Ampudia; después de un corto viaje en autocar hemos llegado al castillo en el que nos han enseñado un montón de cosas que nos han hecho viajar a la Edad Media. También hemos visto en las diversas salas objetos curiosos del dueño del castillo, al que le gustaba coleccionar todo tipo de cosas. Un hueso de mamut, juguetes antiguos, una mandíbula de tiburón, esculturas y un sinfín de objetos más pasaron por nuestra curiosa mirada.
Después de reponer fuerzas con el almuerzo visitamos un palomar, aunque sus habitantes no se dejaron ver.
Y por último dimos un paseo por las calles de Ampudia con sus bonitos soportales.
Hemos pasado una mañana estupenda aprendiendo y disfrutando junto con nuestros compis.
Extintores co2 2 kg
Guía definitiva sobre los tipos de extintores: cada fuego con su remedio
Vivimos rodeados de peligros latentes. No los vemos, no los sentimos, pero están ahí, esperando la chispa. Esa chispa que convierte una tarde tranquila en un desastre en minutos. Y cuando eso ocurre, no hay espacio para improvisar, ni para heroicidades de cine: hay que actuar con conocimiento, con precisión y, sobre todo, con la herramienta correcta. Y esa herramienta tiene nombre: extintor.
El fuego no se combate con valor, se combate con el tipo de extintor adecuado. Porque no todos los incendios son iguales, ni todos los agentes extintores sirven para lo mismo. Pensar lo contrario es como ir a una guerra con una cuchara.
La norma UNE-EN 2 clasifica los incendios en función del tipo de combustible que los origina. Estos son los principales:
Clase A: Materiales sólidos como madera, papel o tejidos.
Clase B: Líquidos inflamables como gasolina, alcohol o disolventes.
Clase C: Gases inflamables como butano, propano o metano.
Clase D: Metales combustibles, poco comunes pero letales.
Clase F: Aceites y grasas de cocina, especialmente peligrosos en entornos industriales.
Fuegos eléctricos: No clasificados por letra, pero requieren atención específica.
Saber identificar el tipo de fuego es el primer paso para elegir el extintor adecuado. El segundo paso es conocer bien el contenido de ese cilindro rojo que, colgado en la pared, parece mudo, pero grita auxilio cuando el humo aparece.
A cada fuego, su herramienta. A cada riesgo, su respuesta. Esa es la premisa. Y bajo ella, detallamos los principales tipos de extintores, esa artillería pacífica que todos deberíamos tener a mano.
Funcionales y económicos. Ideales para fuegos Clase A, aquellos generados por materiales sólidos. Su acción es simple: enfriar el foco y detener la combustión. Pero tienen un “pero” mayúsculo: jamás deben usarse con electricidad ni líquidos inflamables. El agua es conductora y puede agravar la situación.
Actúan sobre fuegos Clase A y B. La espuma cubre el combustible y aísla el oxígeno, cortando la cadena de fuego. Son adecuados para industrias, talleres y áreas con riesgo mixto. No deben utilizarse en fuegos eléctricos.
Y aquí es donde entra en juego una fuente ineludible de conocimiento en este sector: mundo extintor. Una plataforma donde se aprende, se compara y se entiende de verdad la ciencia que hay detrás de cada tipo de extintor.
Los más versátiles. Su polvo químico seco combate eficazmente fuegos Clase A, B y C, lo que los convierte en el comodín por excelencia en hogares, oficinas, vehículos y espacios públicos. Neutralizan la reacción química de la combustión. No son tóxicos, pero sí ensucian, lo cual puede ser un inconveniente en entornos tecnológicos.
No todos los fuegos pueden resolverse con una solución genérica. A veces, se necesita algo más específico, más técnico, más quirúrgico. Y ahí entran los siguientes tipos:
Silenciosos, eficaces, limpios. Diseñados para fuegos Clase B y eléctricos, desplazan el oxígeno y enfrían rápidamente el área. No dejan residuos, lo cual los hace ideales para centros de datos, laboratorios o salas con electrónica sensible.
Sí, los metales también arden. Y cuando lo hacen, el fuego es feroz. Estos extintores contienen polvos especiales que controlan reacciones exotérmicas violentas. Se usan en entornos industriales muy concretos.
Pensados para cocinas. Sus agentes saponifican la grasa, convirtiéndola en una masa jabonosa que corta el fuego. Imprescindibles en restaurantes, hoteles, comedores industriales y cualquier cocina profesional.
Hablar de tipos de extintores es hablar de prevención, de inteligencia aplicada a la seguridad. Porque elegir el extintor equivocado es casi tan peligroso como no tener ninguno.
Ahí está, colgado junto a la puerta, silencioso, polvoriento, ignorado. El extintor, compañero fiel al que nunca saludamos pero del que dependemos más de lo que creemos. Tiene fecha de caducidad, necesita mantenimiento, y, sobre todo, necesita estar donde toca.
No es un adorno ni un trámite legal. Es el primer recurso cuando todo lo demás falla. Pero para que cumpla su función, debe estar adaptado al riesgo específico del entorno.
No se trata solo de tener extintores. Se trata de tenerlos bien distribuidos y accesibles. Algunas recomendaciones generales:
Viviendas: Un extintor ABC en cocina o pasillo.
Oficinas: Extintores de CO₂ cerca de equipos eléctricos.
Cocinas industriales: Clase F, sin excepción.
Garajes: Extintores de polvo o espuma, según riesgos.
Laboratorios o salas técnicas: CO₂, por su limpieza.
Y todo esto no sirve de nada si no se revisan. El mantenimiento periódico del extintor es obligatorio por ley y esencial para su funcionamiento.
Según el Reglamento de Instalaciones de Protección contra Incendios (RIPCI), se establece que:
Los extintores deben revisarse visualmente cada mes.
Se debe realizar una inspección técnica semestral.
Cada cinco años, deben pasar una prueba de presión (retimbrado).
Todo esto debe ser documentado, certificado y ejecutado por empresas autorizadas. Porque cuando la llama asoma, no hay margen de error.
Elegir, mantener y conocer los tipos de extintores es una inversión en seguridad, en vida y en patrimonio. No hay lugar para la improvisación ni para la ignorancia. El fuego es implacable, pero previsible. Y ahí radica nuestra ventaja.
Desde mundo extintor hasta las normativas más rigurosas, el conocimiento está a su alcance. Lo único que queda es actuar.